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En la industria moderna, especialmente en sectores que manejan sustancias químicas peligrosas, la evaluación de riesgos es una piedra angular para garantizar la seguridad operacional, proteger al personal y minimizar impactos ambientales. Sin embargo, a pesar de los avances en metodologías y normativas, persisten desafíos fundamentales en la correcta identificación, análisis y gestión de riesgos. Estos errores conceptuales y prácticos pueden generar una falsa sensación de seguridad, subestimando escenarios de alto impacto con consecuencias potencialmente catastróficas.

Este artículo, basado en el trabajo presentado por Álvaro Conde en la 10ª Conferencia Latinoamericana de Seguridad de Procesos (LACPS 2024), aborda las dificultades críticas en la evaluación de riesgos, desde confusiones terminológicas hasta la aplicación efectiva del enfoque de «defensas en profundidad» (defences-in-depth). Además, explora cómo una interpretación errónea de estos conceptos ha contribuido a accidentes industriales históricos y propone estrategias para una gestión más robusta y consciente del riesgo.


La Complejidad del Concepto de Riesgo

El riesgo, como concepto, ha evolucionado desde sus raíces en el Renacimiento —vinculado a la probabilidad y los juegos de azar— hasta convertirse en un pilar de la seguridad industrial moderna. Sin embargo, su definición sigue siendo ambigua y varía según disciplinas y normativas:

  • ISO 31000 (2018): Lo define como el «efecto de la incertidumbre sobre los objetivos».

  • Legislación Colombiana (Ley 1523 de 2012): Se enfoca en el «riesgo de desastre» como daños potenciales derivados de eventos naturales.

  • OSHA (EE.UU.): Lo reduce a la fórmula «Riesgo = Peligro × Exposición».

Esta diversidad de definiciones puede llevar a interpretaciones contradictorias en la práctica, especialmente al aplicar metodologías como HAZOPWHAT IF o LOPA, donde una mala clasificación de riesgos inherentes, mitigados o proyectados distorsiona la priorización de acciones correctivas.


Dificultades en la Evaluación de Riesgos

El proceso de evaluación de riesgos consta de tres componentes clave: identificaciónanálisis y valoración. Los errores más comunes incluyen:

  1. Aplicaciones tardías o incompletas: Realizar evaluaciones a posteriori o omitir etapas críticas, como la consideración de barreras de protección.

  2. Percepciones incorrectas: Subestimar escenarios «poco probables» pero de alto impacto (ej.: fallas en cascada).

  3. Confusión entre riesgos potenciales y mitigados: No distinguir entre el riesgo inherente (sin controles) y el actual (con barreras aplicadas).

Un ejemplo emblemático es el desastre de Buncefield (2005), donde la falla simultánea de múltiples barreras —incluyendo alarmas y sistemas de shut-off— demostró cómo la sobreconfianza en salvaguardas no independientes puede tener consecuencias devastadoras.


El Enfoque de «Defensas en Profundidad»

La estrategia de defences-in-depth surge como respuesta a accidentes industriales graves, proponiendo múltiples capas de protección para:

  1. Prevenir la ocurrencia de un evento iniciador (ej.: controles operativos).

  2. Mitigar consecuencias si el evento ocurre (ej.: sistemas de contención).

Claves para una aplicación efectiva:

  • Independencia: Las barreras no deben depender entre sí para evitar fallas en cascada.

  • Auditabilidad: Deben ser verificables mediante pruebas y documentación.

  • Especificidad: Cada barrera debe diseñarse para un riesgo concreto.

La metáfora del «queso suizo» de James Reason ilustra este principio: los agujeros (debilidades) en las barreras solo permiten un accidente cuando se alinean. Por ello, la evaluación rigurosa de escenarios debe considerar:

  • Riesgo potencial: Sin barreras.

  • Riesgo mitigado: Con barreras existentes.

  • Riesgo proyectado: Con mejoras futuras.


Conclusión

La evaluación de riesgos no es un ejercicio teórico, sino una herramienta vital para la supervivencia organizacional. Los errores en su aplicación —desde definiciones ambiguas hasta la omisión de barreras críticas— pueden llevar a catástrofes evitables. Como señala el autor:

«Todas las IPLs (Capas Independientes de Protección) son salvaguardas, pero no todas las salvaguardas son IPLs».

Para cerrar brechas, es esencial:

  1. Clarificar terminología y criterios (ej.: diferenciar risk assessment vs. evaluation).

  2. Implementar enfoques sistemáticos como LOPA y defences-in-depth.

  3. Fomentar una cultura de seguridad proactiva, donde el riesgo se gestione desde el diseño hasta la operación.

Este artículo introductorio invita a profundizar en el documento completo, que incluye casos de estudio, referencias a normas como IEC 61511 y lecciones aprendidas de incidentes globales.

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