UN ANÁLISIS CRÍTICO Por Alvaro Conde

Introducción:
En sectores industriales, especialmente en el procesamiento de sustancias químicas peligrosas, es vital identificar y evaluar riesgos. A pesar de los esfuerzos, la comprensión y control de riesgos complejos sigue siendo desafiante. Metodologías como HAZOP y WHAT IF ayudan a identificar escenarios peligrosos, pero la baja percepción de riesgos y errores en su análisis pueden subestimarlos. Este artículo busca ofrecer herramientas para una evaluación de riesgos más precisa y alineada con estrategias corporativas.

Historia y origen del riesgo:
El concepto de riesgo surge con el desarrollo de las leyes de probabilidad a partir del Renacimiento. La revolución industrial marcó un cambio clave, trasladando los conceptos de riesgo a procesos industriales y decisiones humanas. Con el tiempo, el riesgo se ha aplicado en múltiples áreas, desde seguros hasta operaciones bursátiles, y sigue siendo fundamental en la toma de decisiones modernas.

Definiciones de riesgo:
Existen varias definiciones, destacando la de la ISO 31000, que lo define como “el efecto de la incertidumbre sobre los objetivos”. La RAE lo describe como “proximidad de un daño”, mientras que la legislación colombiana y otras entidades lo interpretan en contextos específicos. Las múltiples definiciones reflejan la complejidad del término y su aplicación en diversas disciplinas.

Dificultades en la evaluación del riesgo:
Evaluar riesgos no solo implica identificarlos, sino también analizarlos y valorarlos. La confusión entre términos como “assessment” y “evaluation” (apreciación y valoración) dificulta su correcta aplicación. La ISO 73:2009 establece que una evaluación completa incluye la identificación de riesgos, su análisis y la comparación con niveles aceptables de control.

El concepto de riesgo sigue evolucionando y su correcta evaluación es esencial en sectores industriales. Comprender sus componentes y aplicarlos adecuadamente permite anticipar eventos adversos y tomar decisiones informadas para minimizar las consecuencias.

Los procesos de evaluación de riesgos suelen fallar debido a evaluaciones tardías, aplicaciones incompletas o percepciones incorrectas del riesgo. La demora en las evaluaciones refleja una gestión débil del riesgo, generando altos costos y dificultades en la implementación de medidas. Además, una evaluación incompleta distorsiona la percepción del riesgo, afectando decisiones críticas.

Para superar estas vulnerabilidades, es esencial definir claramente el alcance, contexto y criterios de evaluación. La gestión de riesgos es una interpretación del futuro basada en datos y criterios; interpretaciones erróneas resultarán en gestiones inadecuadas.

La clasificación jerárquica de riesgos permite distinguir entre riesgos tolerables, tolerables con reducción práctica (ALARP) y no tolerables. Sin embargo, la mayor dificultad reside en aplicar el tratamiento del riesgo, ya que muchas organizaciones se enfocan en identificar peligros inmediatos, sin desarrollar medidas sostenibles a largo plazo.

Finalmente, las experiencias con accidentes industriales llevaron al enfoque de “defensas en profundidad,” donde múltiples capas de protección buscan prevenir o mitigar eventos no deseados.

Definiendo el riesgo con el enfoque del pensamiento basado en barreras “defences-in-depth”

El enfoque de “defensas en profundidad” (defences-in-depth) se basa en la comprensión de que los accidentes industriales ocurren cuando las barreras de seguridad son violadas o evitadas. Es crucial identificar escenarios donde puedan surgir eventos indeseados y evaluar la calidad y cantidad de defensas disponibles para prevenir o mitigar estos eventos.

El proceso de evaluación de riesgos exige una disciplina rigurosa para identificar escenarios peligrosos y determinar la suficiencia de las barreras, lo cual presenta un desafío considerable. Los escenarios deben analizarse considerando posibles errores humanos o fallas en el sistema. A menudo, se critica esta metodología por ser irreal, pero la historia de los accidentes industriales demuestra que siempre hay fallas en las barreras.

El análisis de riesgos se basa en calcular tanto las consecuencias de un evento (considerando el fracaso de barreras) como la probabilidad de que se materialice, lo que conforma el riesgo total. La combinación de la consecuencia potencial y la frecuencia del evento inicial permite obtener el riesgo mitigado, que refleja la situación actual considerando las barreras. Las recomendaciones para mejorar la seguridad suelen surgir del análisis del riesgo mitigado.

Finalmente, comprender las distintas terminologías y su contexto es vital para una evaluación de riesgos efectiva, evitando falsas expectativas de seguridad. La metáfora del queso suizo de James Reason destaca la importancia de concentrar esfuerzos en los escenarios críticos que podrían causar las mayores pérdidas.